Poemas de Marcos Kramer

Marcos Kramer es un poeta, ensayista, nacido en Boedo, Argentina, en 1987. Además de realizar curadurías junto a distintos artistas contemporáneos, fue parte del área de educación del Museo Nacional de Bellas Artes, y actualmente del área de curaduría del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Ha publicado Cortar el horizonte (Document Art Gallery, 2014) en colaboración con José Luis Landet y Un reflejo en la penumbra (Milena Caserola, 2016) sobre el artista plástico argentino Fernando García Curten. Hace años persigue la huella del poeta visual argentino Carlos Gómez. Todos los textos de la selección pertenecen al libro Mínimo, Vital y Móvil (Santos Locos, 2018), su primer libro de poemas.

*

La academia

No mires para arriba
no te enojes
la mayor parte del agua
de la lluvia
cae en el mar
tranquila


Bas jan Ader

Amo el mar
y a todos los boludos que devuelve
amo el mar y a ese afán
por no correr ni convertirse
como los picos altos de las montañas
Lo amo porque no tiene sombras
ni tonos sorpresivos
ni grises oscuridades matutinas
ni atardeceres que en su vuelco enternezcan los perfiles
porque es una masa hacia abajo
desconocida y lúgubre
que no sabés cómo el cielo no le quiebra
el horizonte y lo vacía de un panzazo
Sólo eso es el mar
un tipo terco
contundente
y no te pinta preguntarle por qué
cambió el mar
porque no cambia
hasta que sos vos
de tanto llenarte la cabeza de su agua
de preguntas que rebotan en su muro
el que empieza a ser
mar
y descubrís muy lentamente
despacito
que todo lo que tiene en verdad está debajo
otras leyes
otros vértigos
que por eso no te muestra nada más
al punto de la imagen repetida hasta el cansancio
y vos
de vuelta acá en la superficie
con un mate friolento
mirándolo de frente
empezando a saber que el mar no tiene ruido a hueco
que el mar
es el museo más grande del mundo
y está a punto de tragarte para siempre


Festina lente

Hay veces que es necesario
como siempre
discutir con las paredes
recostar la cabeza entre las piernas
de la mierda
y dormir a la sombra de algo sucio
Otras veces
mejor es descansar
con algún hombre con la panza atravesada de relámpagos
Es que te juro que sí
me vas a ver algún día
tal como voy
descansando a la sombra de una iglesia
y contándole a los autos que mi cabeza
a veces puede ser una favela


Maldita ginebra

Hay poetas que para empezar a escribir toman aire
se inflan el pecho de palabras que son de otro
y largan todo así nomás
paradelante
Cuando en realidad deberían empezar de a poco
a inflarlo
al poema digo
de a poquito
y llenarse los dedos de preguntas
Escribir esto
creo
no sé
es derribar el azar a cabezazos
palabra tras palabra
esquirla tras esquirla
convirtiendo el cráneo en una sopa de vidrios amarillos
Tomar aire
sí, es cierto
pero entre las palabras
para poder soltarlas más cerca
con olor verde, denso y verdadero
Es que hacer un poema es un ejercicio tan preciso
tan preciso y desagradable
como escupir una paloma callejera
y llevarla a volar sobre la cabeza de tus contemporáneos


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